martes, 28 de mayo de 2013

Cuando un amigo descubre tu isla...

Siempre que hago amigos que no son de mi tierra siento la necesidad de que la conozcan. Por lo general son palabras que quedan en el aire, pero cuando no es así una gran aventura comienza... 

Málaga... Un lugar que ha supuesto grandes cambios en mi vida y que me ha dado la oportunidad de conocer a grandes personas. Personas que llegan inesperadamente pero que sabes que difícilmente se irán. Personas que te hacen mil preguntas sobre el lugar donde vives, que escuchan con gracia tu acento, que te preguntan el significado de las mil palabras que no entiende cuando hablas, que están deseando probar ese mojo picón del que tanto han oído hablar... Y como no es lo mismo contarlo que vivirlo... ¡5 días en Gran Canaria con dos de mis tres grandes amigas andaluzas! (y la tercera que irá muy pronto que no desespere, que su isla adoptiva la está esperando). 



Los nervios por la aventura que comienza, por el viaje que nos espera y porque nada sea menos de lo que esperan. Todo ya planeado para que sea perfecto y en los pocos días que tenemos podamos hacer el máximo número de cosas posibles. 

Día 1. Venus Alaminos y yo nos disponemos a coger la "guagua" (o autobús) que nos llevará hasta Madrid. 6 largas horas para llegar al lugar donde cogeremos el avión hasta Gran Canaria. Sí, hay vuelos directos desde Málaga, pero hay que ahorrar y así es como viajamos los jóvenes, buscando siempre lo más barato. Aunque tengo que confesar que lo pensaremos seriamente para la próxima, es un poco inhumano viajar con un mal olor extremo durante 6 horas jajaja.


Llegamos a Madrid donde nos esperan unos amigos. Horas después nos dirigimos con las cuatro maletas (aprovecho y con la ayuda de las chicas voy haciendo mudanza) al aeropuerto. RENFE primero y guagua de tránsito para dirigirnos a la Terminal 2 de Barajas. Primer desastre... Vamos muy justas de tiempo por no controlar los horarios del tren y para colmo se nos pasa la parada de la terminal. Los nervios y la risa por no llorar se apodera de nosotras, pero finalmente llegamos a tiempo y podemos entrar en nuestro avión. Ahora sí que sí: destino Gran Canaria. 


Una vez recogidas las maletas, que se nos pasan en la cinta, veo a mis padres a lo lejos esperándonos. Un abrazo intenso, las presentaciones y dirección a casa. ¡Que rico cuando se regresa al hogar! Llegamos, nos instalamos y nos vamos rápidamente a un acto de celebración en el colegio de mi hermana (hay que conocerlo TODO jeje), y, tras terminar, a visitar el casco antiguo de la ciudad no sin antes degustar una buena cena canaria en un restaurante auténtico de la isla. Papas arrugadas con mojo picón, gofio escaldado, pata asada, pimientos de piquillo, pan bizcochado, pescado con mojo verde, clipper de fresa y la mejor compañía. 


Un paseo por la Plaza de Santa Ana y su catedral, por Vegueta, el Teatro Pérez Galdós, la Plaza de Las Ranas y la calle de Triana. Un visita nocturna por la parte antigua de la ciudad pasando después por la playa de Las Canteras, el Auditorio Alfredo Kraus y la Plaza de la Música. Ya es de madrugada y lo que toca es descansar que mañana hay que ir a por Brenda Yepes al aeropuerto. Todo apunta a que nos espera un gran fin de semana por delante...


                  

Día 2. "Welcome to Gran Canaria señorita Brenda Yepes Espejo". Diademas de flores, collares de hawaianas y un cartel de identificación... Sí, un fin de semana increíble nos espera. 


Música en el coche, alegría, buen humor, llegada a casa y a preparar los bolsos para irnos a la playa. Las Canteras es nuestro destino y un día de sol y calor nos acoge. Les enseño el Auditorio Alfredo Kraus de día, la Cicer y sus surferos,  la avenida de la playa, les explico qué es La Barra de Las Canteras y cómo aparece (cuando baja la marea aparece en medio del mar una barra que lo separa en dos. En este momento se puede ir caminando o nadando hasta dicha Barra y caminar sobre ella en medio del mar), les hablo de la Isleta (parte de la isla unida a la misma por una fina línea) y les voy dando nombres de todo cuanto vemos desde la preciosa playa.






Y después de un día de sol increíble, no podía faltar una tarde de compras (Centros comerciales recomendados: Las Arenas, Las Terrazas y El Mirador)  finalizada con una noche de fiesta por la ciudad. KOPA y Fortuni fueron los lugares de copas elegidos para disfrutar de la noche grancanaria, pasando primero por el Parque Santa Catalina

                 

Día 3. Levantarse temprano después de una buena fiesta no es fácil, pero no se ha venido a Canarias para dormir. Nos levantamos, desayunamos y ponemos rumbo al pueblo de Agaete. Pasamos por Bañaderos, Guía, Gáldar... y por fin llegamos. Una visita a las piscinas naturales, un paseo por la avenida y a ver el pueblo pesquero. "Parece un pueblo de Grecia", dijo una de las niñas. Y no se equivocó, ya que las casas blancas y azules pegadas a la costa te hacían sentir estar en una isla griega. Visitamos la playa de piedras, nos comimos un BAKOKA (helado de hielo de Gran Canaria) y nos sentamos a tomar un refresco acompañado de papas arrugadas con mojo y queso de San Mateo. Mientras disfrutábamos de la gastronomía canaria, mi padre les contaba a Venus y Brenda la historia del Dedo de Dios de Agaete y lo importante que era para los grancanarios. Dicho Dedo de Dios era un símbolo importante para el pueblo. Era una roca gigante en forma de dedo, de importancia para la isla, que fue derribada durante un fuerte temporal hace unos años. Entre risas recordábamos y le explicábamos mi hermana y yo a mis queridas andaluzas como mi padre lloró el día que esto ocurrió. Bueno, con dedo o sin él, esta zona de la isla les encantó a las visitantes. 


Llegamos de nuevo a casa y nos preparamos para ir a la Primera Comunión de mi prima. Tienen que ver también como es una celebración así en Canarias y la gastronomía que se sirve. Con el fin de dicha celebración, bien entrada la noche, volvemos para descansar que un nuevo día bien intenso nos espera mañana...

                  

Día 4. Hoy sí que toca madrugar, pero no nos cuesta porque el fin lo merece. Nos levantamos, preparamos los bolsos, nos ponemos los bikinis, nos colgamos la cámara de fotos y nos vamos con buena música en el coche a las Dunas de Maspalomas. Sabía que les iba a gustar... Más de 1.000 fotografías, subiendo y bajando las dunas, tirándonos por ellas, disfrutando como niñas pequeñas. "Es que aunque no estés guapa todas las fotos salen bonitas con este paisaje", dijo Venus entusiasmada. 



Caminamos luego por la orilla hasta llegar a Playa del Inglés que está comunicada con las dunas. Subimos a la avenida de la playa, compramos regalos y nos sentamos en una terraza a tomarnos una Tropical, la cerveza Canaria que nos supo a gloria. 

                   

Nos ponemos de nuevo en marcha y llega la hora de comer. ¡Vamos al Pepe Chiringo! Como no podía ser de otra manera... Este es un restaurante de comida rápida que solo está en Gran Canaria, así que tenían que conocerlo. 


Terminamos de comer y nos vamos a ver el Faro de Maspalomas y los hoteles de su alrededor. Luego vamos dirección a la playa de Puerto Rico donde disfrutamos de las últimas horas de sol tumbadas y relajadas. 


Anfi del Mar, Amadores, Taurito... y de vuelta a casa. Ha sido un día muy completo y de momentos inolvidables. 


Ahora toca preparar la cena con una receta que me encanta, cuyo ingrediente principal solo hay en Canarias: Appletiser. Disfrutamos del pollo al Appletiser y nos sentamos en el sofá con mi familia a ver fotos de cuando era pequeña. Algo que no puede faltar jejeje. Nos reímos todos juntos y ya de madrugada, y con mucha pena por ser la última noche, nos vamos a la cama. 

Día 5. Llegó el día de la partida. Nos despertamos apenadas, llevamos a cabo los últimos preparativos de las maletas, hacemos unos bocadillos para el viaje y nos dirigimos al aeropuerto. 


En el coche mi padre nos anima con sus payasadas y nos ponemos a cantar canciones canarias. Mis queridas amigas ríen y cantan también el "Vivo en un Archipiélago"... ¡Me encanta cuando canto con ellas esta canción! Y se que a ellas también les encanta... 


Llegamos al aeropuerto...


Brenda se va primero directa a Málaga. Venus y yo esperamos un poco más y vamos a Madrid. De nuevo la guagua hasta Málaga y ya de vuelta a la rutina...

                

Todo ha pasado muy rápido. Tanto que me ha parecido como un sueño. Más de un mes deseando que llegara este viaje y se ha desvanecido de una manera increíblemente veloz. ¿Será porque lo hemos disfrutado al máximo? ¿Porque lo hemos pasado maravillosamente bien? ¡No me cabe la menor duda! Ha sido un placer que personas que tanto me han dado y me han enseñado en un lugar lejos de mi casa hayan podido conocer mi tierra, mis raíces. Ha sido una satisfacción enorme hacerlas conocedoras de mi pequeña isla, o al menos de una parte de ella, ya que han sido muy pocos días para tanto que ver. 


Ya les dije yo que les encantaría, y creo que les ha encantado. Es imposible no enamorarse de un lugar así. Y aunque el tiempo no acompañó como debería, la ilusión y las ganas hicieron de este viaje una experiencia inolvidable. Ya ellas saben que tienen que volver y que cuando lleguen no estarán fuera de casa, sino en su casa de Canarias. 


Gracias amigas por haber hecho de este viaje una aventura que nunca podré olvidar. Gracias por querer conocer un poquito más de mí, y gracias por estar en mi vida. 

Esto es lo que se siente, esto es lo que hay, cuando un amigo descubre tu isla...

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